El otro día, en una reunión que mantuve con el fundador y director de una conocida incubadora de “startups”, me encontré con su posición contraria a todo tipo de subvención para la creación de empresas. Y además era coherente con su opinión, había montado 5-7 empresas en el último año y para ninguna había pedido ayuda púbica.
Aunque los programas de financiación pública se han visto reducidos por el recorte de presupuestos de las administraciones, todavía son varios los que se mantienen, como por ejemplo, el plan avanza para las empresas TIC.
Empresarios contrarios a la ayuda pública
Durante los últimos tiempos hay varios empresarios que nos han transmitido el rechazo hacia el ecosistema que se crea alrededor de las subvenciones. La razón principal que esgrimen es que muchos proyectos se crean principalmente orientados a la consecución de la subvención por lo que, según su opinión, nacen viciados de inicio. Como consecuencia de ello, estos proyectos no nacen con orientación al mercado si no con orientación a cumplir los requerimientos marcados por la institución pública. Estamos todos de acuerdo que no es papel de la Administración determinar qué mercados son más rentables y de futuro que otros.
Opiniones a favor de la financiación pública
En cambio, para muchos otros, el papel público es necesario ya que cumple la función subsidiaria a la iniciativa privada. En las fases iniciales de toda empresa, la ausencia de apoyo privado se ve cubierto por la financiación pública.
Las bondades de la financiación pública nos la cuenta Albert Fernández (Profesor IESE) en su video:
– Al ser préstamos no producen una dilución del emprendedor, es decir, no reduce su participación accionarial.
– Las buenas condiciones de los préstamos públicos tanto por los períodos como por los tipos de interés.
– Las entidades más activas a nivel español son ENISA y CDTI, y a nivel regional Madrid Emprende. ICF y SPRI.
Otra alternativa: fomento de los clientes con asunción de riesgo “early adopters”
Pero sin lugar a dudas la mejor ayuda que puede recibir una “startup” es una buena cartera de pedidos. Las ventas es la financiación más sana y rentable. Algunos emprendedores nos transmiten que lo que piden a las Administraciones es que sean ellas las que primero contraten sus servicios y/o productos.
Otra alternativa es el desarrollo del crowdfunding como kickstarter para proyectos creativos pero no a cambio de participación accionarial si no como forma de financiar la primera serie de productos a cambio de mejores condiciones de contratación futuras.
Diego Gutiérrez Zarza
ABRA INVEST
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