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Descuento de Flujos de Caja (DCF): Aspectos Básicos para Comprender el Método
El método del Descuento de Flujos de Caja (DCF) es, sin duda, uno de los más utilizados y en los que más se confía para valorar empresas. Su uso generalizado se debe a su capacidad para proporcionar un marco completo para evaluar el valor intrínseco de una empresa mediante el descuento de los flujos de caja futuros proyectados a su valor actual. Sin embargo, a pesar de su popularidad, el DCF no es inmune a los defectos.
Como cualquier método de valoración, depende en gran medida de una multitud de supuestos, lo que lo hace susceptible de inexactitudes. La sensibilidad del Descuento de Flujos de Caja a estos supuestos suele provocar escepticismo entre algunos compradores, que pueden cuestionar la fiabilidad de los valores calculados. Sin embargo, hay razones de peso para utilizar el DCF en la valoración de empresas, ya que ofrece un enfoque estructurado para comprender los fundamentos de una empresa, sus fuentes de ingresos, sus patrones de gasto y sus posibles sinergias.
En este artículo, nos adentraremos en los aspectos críticos del método DCF y exploraremos estrategias para realizar comprobaciones que garanticen la validez de los resultados de la valoración. Nos centraremos en tres áreas principales en las que las evaluaciones DCF suelen requerir escrutinio: el período de proyección, el valor terminal y el valor global de la empresa.
Supuestos subyacentes al método de Descuento de Flujos de Caja
Antes de diseccionar los componentes específicos de una valoración DCF, es crucial comprender la naturaleza de las hipótesis inherentes al proceso. Las hipótesis son la base sobre la que se construye el modelo de valoración y reflejan las proyecciones y expectativas del evaluador sobre el rendimiento futuro de la empresa. Estos supuestos abarcan varias dimensiones, incluyendo aspectos comerciales, operativos y financieros de la empresa. Dictan parámetros como las tasas de crecimiento de las ventas, los márgenes de beneficio, los costes operativos y las perspectivas de crecimiento a largo plazo.
A pesar de su importancia, las hipótesis son intrínsecamente subjetivas y especulativas, y carecen de la certeza de una predicción precisa. Por consiguiente, la validez de una valoración de Descuento de Flujos de Caja depende de la razonabilidad y coherencia de estos supuestos, basados en pruebas objetivas y razonamientos lógicos.
El periodo de proyección
El periodo de proyección representa el marco temporal en el que se prevén los flujos de caja futuros, que constituyen la base de la valoración DCF. El principal riesgo asociado a esta fase reside en el realismo y la viabilidad de las proyecciones. Las hipótesis poco realistas sobre las tasas de crecimiento de las ventas, los gastos operativos y la dinámica del mercado pueden distorsionar los resultados de la valoración, inflando o desinflando el valor estimado de la empresa. Por lo tanto, debe prestarse una atención meticulosa para garantizar que los flujos de caja proyectados se ajusten a las realidades empresariales subyacentes y a las normas del sector.
La validación de las proyecciones requiere un enfoque doble: un examen granular de la dinámica operativa de la empresa y una evaluación holística de la razonabilidad de las proyecciones. Aunque la modelización financiera detallada es esencial para elaborar proyecciones precisas, es igualmente crucial dar un paso atrás y evaluar las proyecciones desde una perspectiva estratégica. Preguntas como "¿Puede la empresa alcanzar este nivel de crecimiento de forma realista?" y "¿Cuáles son los riesgos y retos potenciales?" deben guiar este proceso de evaluación. Además, la participación del equipo operativo responsable de la ejecución del plan de negocio es indispensable, ya que sus ideas y experiencia son fundamentales para perfeccionar las proyecciones y abordar posibles puntos ciegos.
El valor terminal
El valor terminal representa la corriente perpetua de flujos de caja más allá del periodo de proyección explícito e influye significativamente en la valoración DCF global. Sin embargo, su cálculo es muy sensible a las hipótesis, sobre todo en lo que respecta a las tasas de crecimiento a largo plazo. Un error de cálculo en la tasa de crecimiento puede dar lugar a variaciones drásticas en el valor final estimado, distorsionando así la valoración de la empresa. Por lo tanto, es imperativo adoptar un enfoque prudente para determinar la tasa de crecimiento a largo plazo y examinar su razonabilidad mediante una comprobación de cordura.
Un método comúnmente empleado para evaluar la razonabilidad del valor terminal es compararlo con los beneficios de la empresa antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) al final del periodo de proyección. Dividiendo el valor terminal por el EBITDA previsto se obtiene un múltiplo implícito del EBITDA, que sirve de referencia para evaluar la validez de las hipótesis. Si el múltiplo implícito se desvía significativamente de las normas del sector o de los precedentes históricos, indica la necesidad de revisar y ajustar las hipótesis subyacentes al cálculo del valor terminal.
El valor de empresa
Una vez validadas las proyecciones y el valor terminal, la atención se centra en evaluar la razonabilidad del valor de empresa calculado. La comparación de los múltiplos implícitos de ingresos y EBITDA derivados de la valoración DCF con referencias del sector o transacciones comparables ofrece un enfoque pragmático para calibrar la precisión de la valoración. Si los múltiplos implícitos divergen sustancialmente de las normas o expectativas del mercado, se justifica una reevaluación de los supuestos subyacentes para garantizar la alineación con la dinámica imperante en el mercado.
Además, es imperativo revisar la tasa de descuento, un factor determinante de la valoración DCF, para validar su idoneidad. La tasa de descuento, que refleja la tasa de rentabilidad exigida por los inversores, influye profundamente en los resultados de la valoración al descontar todos los flujos de caja futuros. Por ello, cualquier ajuste del tipo de descuento puede alterar significativamente el valor calculado de la empresa. Garantizar que el tipo de descuento refleja con precisión el perfil de riesgo de la empresa y se ajusta a las referencias del mercado es esencial para reforzar la credibilidad de la valoración DCF.
Maximizar el valor del DCF
En conclusión, aunque el método de descuento de flujos de caja (DCF) es una poderosa herramienta para valorar empresas, su eficacia depende de la integridad de los supuestos subyacentes y del rigor de los procesos de validación. Si se analizan los componentes clave, como el periodo de proyección, el valor terminal y el valor de empresa, mediante comprobaciones exhaustivas, los compradores pueden mitigar los riesgos inherentes a las valoraciones DCF y tomar decisiones con conocimiento de causa.
Además, el fomento de la colaboración entre los analistas financieros, los equipos operativos y las partes interesadas mejora la solidez del proceso de valoración, garantizando que el valor empresarial calculado refleje el valor intrínseco de la empresa. En general, empleando estas estrategias, las partes interesadas pueden aprovechar los puntos fuertes del método de descuento de flujos de caja y minimizar sus posibles inconvenientes, lo que conduce a valoraciones empresariales más precisas y fiables.
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